lunes, 9 de febrero de 2015

Construcción eficiente igual a alta calificación



Las limitaciones de daños al medio ambiente sólo se consiguen restando emisiones de CO2 a la atmósfera, el sector residencial es el considerado con más potencial de ahorro.
Para estudiar el consumo energético de las viviendas hay que basarse en las facturas de consumo real, el histórico, las tarifas… y como no, realizar el certificado energetico, este informe evalúa la cantidad de CO2 que emite el inmueble y propone mejoras para disminuirlo.

Europa nos ha obligado a regular el certificado energetico para que España cumpliera con los objetivos de la Directiva Europea 2002/91/CE que propone mejorar la eficiencia energética de los inmuebles haciendo uso de los recursos renovables: energías geotérmica, eólica, oceánica, solar y redes inteligentes. Precios del certificado energetico en certifacil.es

Para que funcionen los objetivos marcados, Europa necesita una bioeconomía con el desarrollo de tecnologías innovadoras y lugares de captura y almacenamiento de carbono, desarrollando los programas adecuados de financiación reduciendo las importaciones de energía, todo esto repercutirá en la creación de empleos, aumento del uso de nuestros recursos, mejora de la economía y disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Europa adoptará políticas que fomenten la instalación de calefacción y refrigeración eficientes dentro de un marco jurídico transparente, informando a todos los interesados, promotores, constructores, arquitectos, ingenieros… hasta el consumidor final.

Se favorecen aquellas iniciativas emprendedoras en las que se construya con una óptima gestión de la eficiencia energética convirtiéndolas en algo habitual en el sector para respetar el medio ambiente, de hecho, es obligatorio para la nueva construcción de edificios públicos, que obtengan una calificación energética A.

Se debe construir maximizando la entrada de sol en invierno y minimizándola en verano, facilitando la ventilación natural.
Uno de los factores más importantes a tener en cuenta es la ubicación del inmueble, lo ideal es una zona soleada y orientada al sur.

Se deben emplear materiales que puedan integrase con el medio ambiente y si no, que sean reciclables en el mayor porcentaje.

La madera regula la temperatura y la humedad, absorbiendo el excedente de dióxido de carbono pues es un material vivo, que respira.

Los materiales agrícolas (paja, corcho, lana, cáñamo…) permiten la respiración del edificio por las paredes y tejado, renovándose así la ventilación.

Pero la piedra, es el material más empleado por sus propiedades, es sólida y aísla térmicamente. Además es biodegradable, sin apenas mantenimiento y de bajo consumo energético.

Lo que se está realizando en la actualidad, es el recuperar materiales de antiguas construcciones, algo con lo que se ahorra gran cantidad de inversión en la construcción pero hay que estudiar su nocividad, pues si no se mantienen los mínimos establecidos para una edificación eficiente, no servirá para nada.

viernes, 23 de mayo de 2014

SISTEMAS ALTERNATIVOS DE CALEFACCION



El certificado energético anexa en su documento unas propuestas para mejorar la eficiencia energética de los inmuebles, con el objetivo de informar y concienciar al usuario que con una inversión razonable se puede obtener una etiqueta energética superior y colaborar con la conservación del medio ambiente. Dichas mejoras se centran sobre todo en el aislamiento de la envolvente y en las instalaciones térmicas.  Analizando estas recomendaciones debemos tener en cuenta los sistemas alternativos de calefacción.


El confort del hogar viene relacionado directamente con  los beneficios de confort térmico, para la creación de esta estabilidad están los sistemas de calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria. Centrándonos en las instalaciones térmicas es importante entender la relación entre el consumo energético y el gasto económico, el cambio de su viejo aparato de calefacción por una caldera nueva y moderna, que utilice energía verde supondría una reducción de emisiones de CO2 y un ahorro considerable en su factura.


Un sistema eficiente de calefacción central puede subir la etiqueta energética del inmueble, por ejemplo las unidades HVAC (siglas en inglés de calefacción, ventilación y aire acondicionado). Son intercambiadores de calor que controlan el movimiento, la calidad y la temperatura del aire para ventilar, calentar y enfriar, la energía es consumida por las partes del sistema que calientan y enfrían el aire, y el movimiento del aire con ventiladores, son verdaderamente eficientes, pero utilizan como energía primaria la electricidad.


En cambio una caldera de PELLETS nos proporciona una energía natural y renovable en la que no se pierde nada ya que la biomasa emite menos dióxido de carbono que los combustibles petroquímicos o que la electricidad y cuesta menos. En principio la opción más beneficiosa.


También es posible el uso energético de la BIOMASA de origen FORESTAL, la que procede de podas o talas, que beneficia también en cuanto a la limpieza del monte. La factura energética puede reducirse hasta un 75% gracias a la sustitución del viejo sistema de calefacción con gasóleo y electricidad.


La ventaja para el consumidor son el ahorro y los costes previsibles, ya que, según el informe de precios energéticos del IDAE del 2012 el precio del litro de gasóleo C -el usado en calefacción- tuvo un encarecimiento casi del 9 %, mientras que el precio de la biomasa (astilla de pino triturada o pellets de madera) se mantuvo invariable. 


Pero la biomasa forestal, como en todos los sistemas térmicos tiene un pero, para ser rentable tiene que ser consumido de forma local, a menos de cien kilómetros de distancia de la planta de procesado. 


Cualquier persona puede invertir, como se recomienda en el certificado energético, en cambiar sus viejas calderas por alternativas más modernas y menos dañinas, pero como indica el Real Decreto 235/2013, esto corresponde al propietario decidirlo. Solicitud de presupuesto de certificado energético en certificadoenergeticovalencia.com

viernes, 21 de febrero de 2014

Energía renovable para una Europa sostenible



Los ciudadanos piden que se apueste por renovables

La energía es la clave en el mundo actual y así lo ha entendido la Unión Europea planteando el objetivo 20/20/20 para el año 2020,  que consiste en un veinte por ciento menos de emisiones de Gases de Efecto Invernadero, un veinte por ciento más de eficiencia energética y un veinte por ciento deenergías renovables sobre el consumo final de energía para 2020. Una energía limpia será el eje de una Europa sostenible.

Europa tiene mucho potencial sin explotar. El ahorro de energía ha aumentado con las energías renovables al igual que el número de puestos de trabajo. Ya hay un millón de empleos en el sector de las renovables en Europa, que puede llegar a los dos millones y medio en diez años. Eso contribuiría a nuestra competitividad,  en la que Europa ya tiene un peso, no sólo en la manufactura, sino en la instalación y el mantenimiento.

Europa debe ser más eficiente, utilizar menos energía, crecer en renovables, pero con la mirada puesta en la innovación y utilizar más gas y menos carbón. El gas supone una emisión de C02 un 50 por ciento menor que el carbón. Las energías renovables deberían pasar del actual 18 por ciento al 36 en 2030. La Unión Europea, que importa la mitad de la energía que consume, sigue siendo muy dependiente del petróleo y el carbón. 

El sector de la energía es el principal contaminante y la Unión Europea está intentando liderar un nuevo acuerdo mundial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, responsable del calentamiento global, que sustituya al Protocolo de Kyoto.
 
Los ciudadanos piden que se apueste por las energías renovables.  El 70% de los europeos dice que deberían ser fuentes renovables de generación, frente por ejemplo, al escaso 18% que se decanta por la nuclear o el 9% por el gas de fracking. Destaca también que un 28% de los encuestados se decante por medidas de eficiencia energética (en principio el Certificado energetico sirve para posicionarnos a que nivel nos encontramos con respecto a eficiencia en nuestros inmuebles).  Esto refleja claramente, una tendencia que es totalmente diferente a la adoptada por gobiernos y grandes lobbies energéticos. Todo sobre el certificado energético aquí


En el caso de España los datos son aún más demoledores y contrarios a lo que el oligopolio de eléctricas y petroleras han diseñado. Los españoles en un 81% piden que se apueste por fuentes renovables en un futuro inmediato, frente al 16% que apuesta por fuentes como la nuclear o el 7% que ve en el gas de fracking y otros hidrocarburos no convencionales una posible alternativa. 


Habría que analizar a fondo este proceso de cambio de modelo energético con una puesta al día del cumplimiento de las directivas, el papel del ahorro y la eficiencia en las ciudades, la participación ciudadana y, por último, la vinculación de todas estas políticas con la salida de la crisis. Se trata de repasar lo que se está haciendo en Europa y lo que se hace (lamentablemente, lo que no se hace) en España.


En definitiva, mientras las grandes empresas eléctricas de este país prosiguen con su campaña de acoso y derribo a las energías renovables, el ciudadano tiene una visión bien diferente de como debe ser nuestro futuro. Es hora de cambiar el modelo. No podemos admitir que un centenar de directivos de estas empresas, que velan únicamente por su propio beneficio, dicten cual debe ser la política energética de cerca de 47 millones de personas.

miércoles, 27 de febrero de 2013

Qué energía consumimos

Alrededor del 80% de la energía que se consume en la Unión Eurpea procede de combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón). Una proporción importante de éstos procede de fuera de la UE. La dependencia del petróleo y del gas importado, que en la actualidad se sitúa en torno al 50 %, podría elevarse al 70 % en 2030, esto nos hace ser dependientes de elementos externos.

La UE debe emitir  menos CO2 y reducir el uso de combustibles fósiles en la industria, el transporte y los hogares, recurriendo a fuentes energéticas renovables en combinación con el ahorro energético a través de un uso más eficaz de la energía para generar electricidad, calentar o refrigerar edificios y suministrar combustible al transporte, especialmente a los automóviles. Esto presupone un importante cambio hacia la utilización de energía eólica, biomasa, energía hidráulica, energía solar y combustibles biológicos procedentes de materia orgánica (especialmente energías renovables dentro de la UE).

Podría ahorrarse una quinta parte del consumo de energía, de aquí a 2020, mediante cambios en el comportamiento de los consumidores y el uso de tecnologías eficientes en cuanto a la energía. De estos datos parte la Directiva 2002/91/CE cuyo objetivo es fomentar la eficiencia energética de los edificios de la Comunidad Europea, a traves de la certificacion energetica ya sea para edificios existentes o de obra nueva, y reducir la demanda de energía de los edificios un 25%, además de producir un uso real de energía renovable. El certificado energetico debe proponer soluciones a las carencias detectadas, como un correcto aislamiento de los cerramientos y/o un estudio de mejora en las instalaciones del edificio, con esto se puede llegar a ahorrar el 50% de la energía consumida, lo que supondría cerca de 60 millones de euros de la factura anual. Si no actuamos, el consumo energético de la UE podría incrementarse en un 10% en 2020. Puede realizar cualquier tipo de consulta sobre el certificado energético a esta web.

Los últimos datos ofrecidos, revelan que el sector servicios y doméstico sigue siendo el principal consumidor de energía final (un 41,3% del total), seguido del sector transporte (30,7%) y del industrial (27,9%). En cuanto a la procedencia de la energía final consumida, la mayor parte es petróleo (un 42,8%), seguido del gas (24,3%) y la electricidad (20%). Las energías renovables, todavía están sólo al  4,3% del total.
  
Analizando una a una las fuentes de energía más comunes en la UE:

El petróleo sigue siendo la fuente de energía más problemática en referencia al abastecimiento energético. Esta demanda experimentará un crecimiento moderado, en torno al 0,3% anual desde 2000 a 2030. Los aspectos que van a determinar las necesidades futuras de petróleo son la dependencia por parte del sector del transporte, el riesgo de fluctuaciones de los precios y el desarrollo de combustibles alternativos.

El gas natural se perfila como la fuente favorita de energía en el horizonte del 2025 con un crecimiento en su demanda en torno al 1,8% anual, incrementándose el consumo en un 50% desde el 2002 a 2025. Mas del 60% se destinará a la producción de electricidad, y muchos países están reconsiderando reemplazar por gas natural sus plantas de producción de electricidad alimentadas por petróleo o carbón.

El carbón es interesante, en Europa las reservas son abundantes, y la competencia de los mercados mantiene los precios bajos y estables. No obstante, el carbón ha dejado de utilizarse en los hogares (a razón de las disposiciones legislativas contra la polución atmosférica). La previsión es que la demanda de carbón permanecerá en los mismos valores que en el año 2000. A largo plazo puede seguir revistiendo interés teniendo en cuenta las nuevas tecnologías que además de reducir los costes de extracción y las emisiones, aumenten su eficiencia. Es probable que el carbón siga utilizándose en la generación de electricidad en beneficio de la diversidad energética y de la seguridad de abastecimiento.

El consumo de energía nuclear  representa un 15% del consumo total de energía. En Europa tuvo un ligero aumento hasta 2010, en torno al 1,9%. A partir de esta fecha, comienza a descender, como resultado del cierre en algunos países de sus centrales nucleares. Sin embargo, cabe la posibilidad que esta política cambie, teniendo en cuenta que la energía nuclear no emite a la atmósfera gases contaminantes. En el caso de que las centrales nucleares después de su vida útil, que suele ser unos 40 años, se sustituyan por otras centrales eléctricas convencionales, no sería posible cumplir con los compromisos de Kyoto.

Energías Renovables, su incremento promedio anual esta torno al 1,9% desde el 2000 hasta el 2030. Aunque, en general, esas fuentes son más baratas e incluso gratuitas, la tecnología necesaria no ha alcanzado aún el grado de madurez suficiente para que sean económicamente atractivas. En teoría, la energía renovable puede proporcionar un abastecimiento seguro, no contaminante y asequible, sin riesgo de agotamiento de las reservas. No obstante, uno de los principales obstáculos, además de las dificultades técnicas, es el elevado coste de las tecnologías sobre energías renovables en comparación con las de combustibles fósiles. En los sectores donde la tecnología está más avanzada, por ejemplo le energía eólica, los costes cayeron de forma espectacular en el decenio anterior y lo siguen haciendo ahora.

Llegamos a la conclusión que con unas inversiones adecuadas en investigación y desarrollo de tecnologías que permitan la comercialización de energías renovables a corto, medio y largo plazo, estas fuentes podrán contribuir a resolver de una forma aceptable muchos de los problemas energéticos de Europa a largo plazo.

viernes, 8 de febrero de 2013

Ahorrar energía, empieza en casa

La eficiencia energética no parece ser nuestro fuerte:  casi la mitad de la población afirma no haber oído nunca tal término o no saber exactamente a qué se refiere.

La factura energética media en nuestro país esta sobre los 950 euros anuales por hogar, según el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE). La mayor parte se la lleva la calefacción (46 %), seguida del agua caliente (20 %) Y los electrodomésticos (16 %).  
   
Para poder comparamos con nuestros vecinos europeos, hay que considerar el factor climatológico. Es cierto que nuestro consumo energético doméstico es inferior a la media de los países de la UE, pero no se debe a nuestro espíritu ahorrativo, gozamos de una temperatura media más elevada, lo que se traduce en menos gasto en calefacción, que es el uso que más energía consume en la vida cotidiana. Otro dato a tener en cuenta, sobre el 40 % de los hogares españoles no dispone de calefacción, lo que significa que los usuarios optan por otro tipo de calefactores, en su mayoría consumidores de energía eléctrica, la fuente más utilizada en nuestro país, a diferencia del resto de Europa, donde predomina el uso de gas natural. 

Para combatir tanto el calor como el frío, es necesario un buen aislamiento térmico. En eso también estamos a la cola: el aislamiento de nuestras viviendas es de los más deficientes de Europa. Las oportunidades de ahorro energético en este ámbito constan en el Código Técnico de Edificación (CTE), obligatorio en las nuevas edificaciones desde finales del año 2007, incluyendo un paquete de medidas para que los edificios demanden la menor cantidad de energía posible, ahorren al máximo y sean más eficientes. Actualmente, para poder evaluar la eficiencia energética de un edificio existente es necesario el certificado energetico, que aporta soluciones en función de su viabilidad técnica, funcional y económica. Hay varios blogs del ahorro con equipos térmicos adecuados en la web www.certifacil.es

Parece que ahora ya tenemos los medios y los conocimientos para ser energéticamente eficientes y sabemos cuánto debemos ahorrar. El gasto de energía procedente de los hogares, en constante aumento, evidencia el hecho de que los ciudadanos podemos incidir, y mucho, en la rebaja de emisiones de CO2  y de paso, ahorrar unos euros.  
Ahorrar nos sale a cuenta, desde todos los puntos de vista.